
Terminada la lectura de Papás Blandiblup, me adentré en HIJOS DE... SU MADRE de Cuca García de Vinuesa,periodista y escritora,madre de cuatro hijos . Aún sin terminarlo,estoy reflexionando en la página 180 de la 255 que tiene el libro de la editorial rm ediciones. Son varias las anotaciones que fui haciendo durante la lectura,las páginas 180-181-182, es una carta que unos padres ya mayores(abuelos) dejan escrita a sus hijos, y dice así:
" Querido hijo, hija:
El día que me veas vieja o que ya no sea la misma, por favor, ten paciencia y compréndeme.
Cuando sin querer derrame comida sobre mi camisa y olvide cómo atarme mis zapatos,tenme paciencia; recuerda las horas que pasé enseñándote a hacerlas mismas cosas.
Si cuando conversas conmigo , repito y repito las mismas palabras y sabes de sobra cómo termina,no me interrumpas y escúchame. Cuando eras pequeño,para que te durmieras, tuve que contarte miles de veces el mismo cuento hasta que cerrabas los ojitos.
Cuando estamos reunidos y, sin querer,no contenga mis necesidades, no te avergüences, y comprende que no tengo la culpa de ello, pues ya no puedo controlarlas. Piensa cuántas veces cuando niño te ayudé y estuve pacientemente a tu lado esperando que terminaras lo que estaba haciendo.
No me reproches porque no quiera bañarme; no me regañes por ello. Recuerda los momentos que te perseguí y los mil pretextos que me inventaba para hacer más agradable y divertido tu aseo.
Cuando me veas inútil e ignorante frente a todas las cosas tecnológicas que ya no podré entender, te suplico que me des todo el tiempo que sea necesario para no lastimarme con tu sonrisa burlona. Acuérdate de que fui yo quien te enseño tantas cosas. Comer, vestirte y cómo enfrentar la vida tan bien como lo haces son producto de mi amor, esfuerzo y perseverancia.
Cuando en algún momento, mientras conversamos, me olvide de qué estamos hablando, dame todo el tiempo que sea necesario hasta que yo recuerde, y si no puedo hacerlo, no te impacientes; tal vez no era importante lo que hablaba y lo único que quería era estar contigo y compartir ese momento.
Si alguna vez ya no quiero comer, no me insistas. Sé cuánto puedo y cuándo no debo. También comprende que, con el tiempo, ya no tengo dientes para morder, ni gusto para saborear.
Cuando mis piernas fallen, por estar cansadas para andar, dame tu mano tierna para apoyarme, como lo hice yo cuando comenzaste a caminar con tu débiles piernitas.
Por último, cuando algún día me oigas decir que ya no tengo demasiadas fuerzas para vivir, no te enfades. Algún día entenderás que esto no tiene que ver con tu cariño o cuánto te ame. Trata de comprender la diferencia entre vivir y estar "sobreviviendo".
Quise y quiero lo mejor para ti y he preparado los caminos que has debido recorrer. Piensa entonces que, con este paso que me adelanto a dar, estaré construyendo para ti otra ruta, en otro tiempo, pero siempre contigo.
No te sientas triste, enojado o impotente por verme así. Desde tu corazón, compréndeme y apóyame como lo hice cuando empezaste a vivir.
De la misma manera como te he acompañado en tu sendero, te ruego me acompañes a transitar el mio.
Dame amor y paciencia, que te devolveré gratitud y sonrisas con el inmenso amor que siempre tendré por ti."